domingo, 30 de enero de 2011

Petite robe noire...

Mi primera entrada será para contar un poco de la historia del "petite robe noire" que mademoiselle Chanel creó en los años 20.

Los franceses lo llamaron "la petite robe noir", los ingleses lo han traducido como "little black dress" y los españoles podriamos llamarle "el vestidito negro" pero, en cualquier idioma, esta prenda continúa como un must imprescindible del vestuario, como la quintaesencia de la elegancia imprescindible y como una prenda básica que ha sabido adaptarse a todos los cambios de la moda. Con unos toques o accesorios adecuados, corto o largo, sigue siendo un básico de éxito seguro.

En los años 30 se convierte en el traje favorito para una costumbre recién nacida: el coctel. En esta época, el vestido se caracterizaba por los escotes en la espalda, por tejidos como la seda o el crespón y busca como accesorio ideal las perlas. A finales de los años 40 el cine presenta un vestido negro que se haría famoso: el de Rita Haywoord en Gilda, con escote bañera, y una linea simple.

En los años 50 entra a formar parte de las maravillosas creaciones de Balenciaga, que le permiten las formas más variadas y, en los 60, alcanza un nuevo éxito con el modelo diseñado por Givenchy para Audrey Hepburn en la película "Desayuno con diamantes".

En el plano del estilismo personal, si quieres sacar el máximo partido a tu vestido negro, ten en cuenta lo siguiente :

Debemos elegir unos accesorios adecuados. Para coctel o noche, las perlas siguen siendo la joya fetiche de esta prenda. Para ir un poco más informal, el vestido negro es un gran escaparate de broches de colores llamativos o para bisuteria de carácter étnico. Se puede romper la monotonóa del negro con una cartera de mano de algun color llamativo, como el raso dorado, rojo o fucsia. yo siempre recomiendo un zapato de alto tacón negro o, en su defecto, algún color oscuro como el azul marino o el morado.

Hay que saber aprovechar la gran versatilidad del vestido negro. El mismo modelo puede cambiar completamente según la ocasión con una chaqueta o una pashmina diferente. Su enorme capacidad de adaptación hace que podamos encontrarlo en las boutiques de los grandes diseñadores (como en Chanel) o en tiendas de gran alcance como Zara.

Como toque final imprescindible, debemos maquillarnos con tonos alegres y vistosos para darle luz a la cara. Un buen carmín rojo en los labios iría estupendo.




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